Vuelve a montar al tigre,
a cerrar los puños para que los sueños
se hagan más fuertes.
Vuelve a soportar la marea,
a preservar el oxígeno suficiente
para gritar tu nombre más alto.
Recoge de golpe las redes
que se enredan con silencios...
No más látigo a tus sentidos,
no más dolor a tu consciencia.
Limpia el Olimpo
para que el verde vuelva,
para que el animal respire.
Vuelve a cruzar el horizonte,
a saltar esa valla aunque no haya destino
y este anocheciendo.
Para encender la voluntad
de fusilar lo aparente,
hasta que todo desaparezca.
Llénalo de fuego si es necesario...
Y entonces vuelve,
pero renace permanente,
y un tanto más despierta.