Stigma2

Me provocas la ansiedad brutal,
la angustia suprema como si a Dios
se le ocurriera poner una fecha final.
Y sin embargo guardas mis poemas en el congelador,
para que no te alcancen.

Cada vez que haces unas de las tuyas, diablo,
te vienes a persignar a mis besos de paz solemne,
de agua bendita para que algo te perdone,
pero de nada sirve engañarme, tu pureza se resiente.

Vives demasiado cerca de los trenes
que se llevan a las buenas personas,
y repudias esa patria que comparten
con gran esfuerzo, y bonitas canciones.

Pones un punto en la boca de todo el que duda,
y aplaudes psicoticamente los excesos de violencia
que se disfrazan de talento.

Tú reina del engaño,
solo tú sabes la verdad contradictoriamente,
como si no ibas a tejer tu vestido de miseria
a todo aquello que es bello,
solo por no estar en tu gloria.