domingo, 15 de junio de 2014


Estar vivo emocionalmente:
una llamada de socorro que nadie responde,
un mensaje encriptado en una lengua que quizá no existe,
por eso tenemos tanta capacidad para ser únicos.

Somos tan distintos que es difícil sentir
que la humanidad se refiere a un conjunto.

Problemas personales con el mundo,
imagino que intentar otra consciencia es precisamente
lo que tanto llena de ganas lagrimales a este peso,
una decisión valiente con el sabor a:  lo más cobarde.

Como no odiar este resultado aun que seas tú el problema,
y la lectura final es una lucha entre aceptarlo u odiarse.

Como uno puede mantener las diferencias
si lucha aún por aclararse con lo mas intimo ,
parece un precipicio asomarse al vértice,
cuando te sientes una torre torpe,
atraída inevitablemente por la gravedad.
(al vacío)

Que hemos hecho mal si estamos despiertos,
y sabemos del sol lo suficiente como para
reconocer toda esta ansiedad impositiva.

Es una visión que una vez encendida no tiene reverso,
ni marcha atrás, simplemente ves y no puedes apartarte.

Que paso tropezó en el baile de la vida,
si crecimos riendo y fuimos queridos.
Porque ansiamos tanto una solución colectiva
y sin embargo vamos por ahí complicado las relaciones,
poniendo al ego contra la voluntad,
sumando distancia cuando queremos empatía.

Somos pequeñeces,
errores de nuestros mejores proyectos,
mapas dormidos que solo ven un fondo liso,
nos sometemos a la adversidad mal buscando equilibrio, 
personajes difusos sin un correcto final escrito.