Inocentes
Metales,
que
chocan bruscamente,
son
barcos frágiles que golpean desamparados,
humillándose.
Incoherentes
Verdades,
máquinas
hambrientas de lo inaudito,
que
van retorciendo cuerpos
hasta
separar vínculo, que prometen para siempre:
pacto
de silencio mutuo.
Imprescindibles
Luxaciones,
que
el azar impone a las personas,
los
organismos se corrompen
y
las células a veces no saben
como
volver a ser anticuerpos.
Todo
se apunta al desastre.
Imbéciles
Obscenos,
que
se miran y no se reconocen.