domingo, 30 de mayo de 2010

Florecer

Anoche subí al tejado a maullarte, otra vez, dejo que el frió me viole, para que se me parezca a ti, aunque juego a que no me importe, pero tiemblo y sigo entonces sé, que sigo huyendo a tu recuerdo en contra de mis principios.
La noche es una mala consejera, la ansiedad comienza, otra vez, a hacerse insoportable, el silencio calcula la ausencia, me pesa y fatiga, silencio muerte que ya no calma a este cobarde, a tomado una determinación de valiente, a base de violencia, tirarse.
La ciudad ha hecho daño a la única integridad de un hombre, y la venganza es un verso extremadamente sucio, la verdad: Una critica aún insuperable para el mundo

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