martes, 27 de abril de 2010

Torpe


Cada vez que hablo me cicatrizo.
Soy un solemne idiota, pero tú me das sexo
en cualquier lugar donde nadie nos vé.
Puedo excitarme con otra mujer
pero si llego al orgasmo es tu cielo el que toco,
otra vez.
Te adueñas de mi siempre que yo me descuido,
aún que sea por poco, y lo peor mi amor
es que lo haces sin querer.
Tú me ignoras jugando a la más rotunda frivolidad
pero gozas tan profundo que penetras en el mas allá
y me ves, me ves como el hombre que siempre quisiste tener,
pero estas loca por no dejar que se te note, por lo tanto no lo sé.
Me espías pero no me correspondes,
duermes a mi lado y somos como dos rectas paralelas,
condenas a encontrarse pero solo en un punto desconocido
quien sabe donde, quien sabe cuando.
Dices que la esperanza nos hace más lentos, más torpes,
y me has convencido, estoy totalmente de acuerdo,
pero cuando sonreímos el uno al otro no mentimos,
y estiramos la imaginación por encima de lo indescriptible,
soñamos un millón de vidas en las que lo pasamos francamente bien
y despertamos en esta, tan fría y tan quieta, pero el abismo nos llena,
nos habla de lo cómplices que somos y termina por ser esta, (realidad)
la mejor opción de todas.

4 comentarios:

  1. o último verso fíxome sorrir...

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  2. "Dices que la esperanza nos hace más lentos, más torpes,
    y me has convencido, estoy totalmente de acuerdo"
    Me gusta mucho el poema, pero a mi que tengo todas las armas no me convence, la esperanza es el latir del corazón.

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