sábado, 10 de abril de 2010

Vitalidad



La vida es una enfermedad la muerte su cura definitiva.
El agua y la comida son una medicina que nos mantiene enteros, por eso la necesitamos constantemente...

El amor es un vicio que hemos cogido por no poder llegar a ser el gran pueblo, y padecer este mal distrae nuestra atención enamorándonos enseguida, por supervivencia, de otra solución.
Una victoria más posible, una satisfacción que llevar al hambriento corazón.

La vida es una enfermedad y la muerte su cura definitiva.
El conocimiento, la sabiduría, burla la infección y no hay otro remedio para ataviar sus nefastos síntomas. La alegría no es más que los huecos escasos de bienestar cuando por un momento gana la lucha uno de nuestros tímidos anticuerpos, pues no hay dinero que mejore nuestro organismo, no hay tecnología que nos haga evolucionar, ya que somos lo que hemos nacido y no en lo que podemos llegar a convertirnos.

La vida es una enfermedad la muerte su cura
y todos los días salimos a envejecer y perder el poco tiempo que le queda a nuestro inútil reloj, por que ya no podemos completar la misión encomendada a nuestra existencia, y vale mas un adiós que un beso... Que triste cometido. (El fin de la descendencia)

Ahora ya solo podemos deformar las cosas que tocamos, ya solo podemos vencernos y morir, morir en vano por que hemos convertido a la vida en una enfermedad definitiva, y aún gracias que de momento aún hay cosas que no se pueden tocar ,y que la muerte es una amnesia definitiva que perdonará el violento incesto de nuestra injusta avaricia.

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